En el caso del accidente Cerebrovascular se ha observado que los valores elevados de proteína C reactiva (PCR) se relacionan con un riesgo alto de experimentar episodios vasculares. La PCR como reactante de fase aguda es un indicador de infla- mación sistémica que puede estar involucrado en una multitud de efectos sobre el endotelio, tales como la adhesión de neutrófilos, la producción y liberación de citocinas y la progresión de la aterosclerosis, por lo que actualmente se utiliza como un nuevo marcador plasmático de enfermedad aterotrombótica y como predictor independiente de pronóstico cardiovascular. El uso reciente de la PCR de alta sensibilidad (asPCR) ha hecho aún más útil su valor como predictor de episodios vasculares.
También, en el ACV entre las técnicas utilizadas están la proteómica del ictus isquémico, así como los biomarcadores moleculares que ofrecen mayor interés (miRNA, BMP, dímero D, MMP-9…) para su diagnóstico y pronóstico en la clínica humana.
El diagnóstico molecular, es un proceso que permite la determinación de la causa de una enfermedad y va más allá de la anamnesis y el estudio físico del paciente analizando, además, su ADN.
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