En los últimos 20 años el incremento de unas 22 enfermedades crónicas entre ellas los accidentes cerebro-vasculares se relacionan con el aumento en el uso de glifosato y de las superficies cultivadas de maíz y soja transgénicos.
El glifosato interfiere en los procesos metabólicos de las plantas y animales. Además este altera el sistema endocrino y el equilibrio de las bacterias intestinales, daña el ADN y favorece la aparición que conducen a cáncer.
Datos recientes sugieren, en ratas transgénicas, la participación de ProR en procesos fisiopatológicos, como ocurre, por ejemplo, en las ratas transgénicas con expresión del gen de renina que aumentan más de 100 veces la producción de ProR y no la de renina, con severos daños de riñón y el miocardio. Sin embargo, no se ha demostrado en corazón y algunos tejidos, síntesis de renina y se piensa que la ProR es captada de la circulación por receptores (algunos ya descriptos) y procesada in situ. Un aumento en la captación, alteraciones en el proceso de activación a renina activa o modificaciones estructurales sin desprender el propéptido, podrían ser los mecanismos responsables de los severos daños.
Bibliografía:
Swanson, N., Leu, A., Wallet, j., y Wallet, B.(20149. Genetically engineered crops, glyphosate and the deterioratión of the health in the United States of America. Journal of Organic Syste, 9(2),6-37. Recuperado de http://www.organic-systems.org/journal/92/JOS_Volume-9_Number-2_Nov_2014-Swanson-et-al.pdf
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